Los leones se encomiendan a la gran racha goleadora de Aduriz para seguir vivos en la Europa League. El Lyon jugará al contragolpe para intentar llevarse el partido.
El subcampeón de la Europa League inicia un reto complicado para sobrevivir en el torneo: ganar los tres partidos que restan. En teoría, el más complicado es el de esta noche, ante un Olympique de Lyon que ha viajado a Bilbao casi clasificado. El Athletic necesita los tres puntos y esperar a que le ayuden resultados ajenos, que el Sparta tropiece en Israel o en la siguiente jornada ante el propio OL.
Bajo el arreón anímico del triunfo en Granada a lomos de un inconmensurable Aduriz, los rojiblancos esperan recuperar la imagen de sus mejores noches europeas. Y la solvencia en ambas porterías, claro. Con el donostiarra en estado de gracia (diez goles en competición oficial), no hay misión imposible. Se le ve sonriente, en plan líder, lidiando el marrón que se ha encontrado de ejercer de Llorente. Gurpegui y Amorebieta empiezan a imponer el obligado respeto atrás.
No bastará con ser mejores con la pelota que el Lyon, como sucedió en Gerland. Las cartas están boca arriba: el Athletic llevará el mando del partido, mientras el equipo de Rémi Garde aguardará al contragolpe, tanto cuando su referencia sea Lisandro o el nueve lo porte Gomis. Habrá que ver si llega a Bilbao a sentenciar el pase a lo grande buscando el primer puesto del grupo o a especular con un empate, pensando en que el domingo le aguarda el asalto al liderato liguero en Sochaux. Jugueteará con la ansiedad local.
De vuelta Ander Herrera, Bielsa tiene ya el once que mejor se ajusta a su estilo. Muniain regresará a la izquierda para sentar a Ibai, goleador en la ida. Finalísima en noviembre. Toca apretar.Bajo el arreón anímico del triunfo en Granada a lomos de un inconmensurable Aduriz, los rojiblancos esperan recuperar la imagen de sus mejores noches europeas. Y la solvencia en ambas porterías, claro. Con el donostiarra en estado de gracia (diez goles en competición oficial), no hay misión imposible. Se le ve sonriente, en plan líder, lidiando el marrón que se ha encontrado de ejercer de Llorente. Gurpegui y Amorebieta empiezan a imponer el obligado respeto atrás.
Fuente: As
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