Aritz Aduriz ha asumido el papel de principal referencia ofensiva del Athletic en un tiempo récord. El delantero rojiblanco ha firmado este domingo su cuarto golen lo que va de Liga, sexto de la temporada, para servir en bandeja los tres puntos ante Osasuna. Es el autor de cuatro de las cinco últimas dianas de los leones en Liga. Y todas ellas han sido premiadas con puntos. Concretamente, siete de los ocho que figuran en el casillero rojiblanco. Marcó en el triunfo sobre el Valladolid (2-0), hizo un doblete en Cornellà-El Prat (3-3) y volvió a ver puerta en el derbi de San Mamés (1-0).
El público, que siempre ha tenido una conexión especial con el donostiarra, coreó su nombre en el minuto 69, momento en el que fue relevado por Llorente. La Catedral le brindó una sonora ovación con gritos de "Aduriz, Aduriz". Fue el único nombre, además del de Bielsa, que se escuchó en el campo. Pero la confianza de la afición bilbaína en el ariete viene de mucho más atrás. Antes incluso de que firmara su primer tanto de esta tercera etapa.
El delantero, pletórico por la trascendencia del gol logrado ante Osasuna, escenificó una emotiva celebración. Aduriz ha sido aita en agosto. Hasta ahora no había hecho ningún gesto similar. Pero el de ayer era un tanto especial. Cargado de trascendencia. Por eso su dedicatoria fue también muy destacada. Se llevó el pulgar a la boca con un destinatario inequívoco. Su pequeño retoño. El broche perfecto para una diana que vale su peso en oro.
Fuente: El Desmarque de Bizkaia
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