Más allá de las palabras. Aritz Aduriz, cuando todo apuntaba a que sería titular ante el Betis, reconoció haber "soñado" muchas veces con volver a defender los colores del Athletic durante los cuatro años que pasó fuera de Bilbao tras su traspaso al Mallorca. Finalmente fue Toquero el elegido para salir de inicio en el estreno liguero. Y el donostiarra, una de las bazas de Bielsa tras el descanso, constató con hechos su discurso. Suya fue la asistencia en el primer tanto ante los verdiblancos.
El buen papel en dicho encuentro le valió la confianza del argentino para ser de la partida en el trascendental choque ante el HJK Helsinki. De hecho, fue el único cambio en la alineación. Y el ariete respondió al gesto con una entrega e inspiración que contagió al resto del equipo para dejar más que encarrilado el playoff previo a la fase de grupos de la ilusionante Europa League. Doblete y un cabezazo al larguero. Nadie se acordaba de Llorente. Hasta que, con el 4-0, el sector más ruidoso de la grada coreó: "¡Y Llorente, qué!". Un cántico recriminado, y finalmente reprimido con sonoras pitadas, por resto del público de La Catedral.
Desde el primer momento se pudo apreciar que el delantero estaba enchufado. En el tramo inicial de encuentro trató de llamar la atención de sus compañeros con infinidad de desmarques de ruptura. Por la derecha, por el centro, por la izquierda... Quería sacar todo lo que llevaba dentro. No tardó mucho en conectar con otros leones. Su primer remate llegó en torno al primer cuarto de hora. Iturraspe le puso un balón raso en el primer palo que el ariete pudo rozar con la puntera en un forzado remate que se perdió por poco.
Poco después fue el propio donostiarra quien ejerció de asistente con una interesante dejada para habilitar a De Marcos, pero su disparo se marchó alto. Cada vez se encontraba más a gusto sobre el campo. Prueba de ello fue el espectacular cabezazo con el que adelantó a los leones en el ecuador de la primera mitad gracias al medido centro de Iraola.El buen papel en dicho encuentro le valió la confianza del argentino para ser de la partida en el trascendental choque ante el HJK Helsinki. De hecho, fue el único cambio en la alineación. Y el ariete respondió al gesto con una entrega e inspiración que contagió al resto del equipo para dejar más que encarrilado el playoff previo a la fase de grupos de la ilusionante Europa League. Doblete y un cabezazo al larguero. Nadie se acordaba de Llorente. Hasta que, con el 4-0, el sector más ruidoso de la grada coreó: "¡Y Llorente, qué!". Un cántico recriminado, y finalmente reprimido con sonoras pitadas, por resto del público de La Catedral.
Desde el primer momento se pudo apreciar que el delantero estaba enchufado. En el tramo inicial de encuentro trató de llamar la atención de sus compañeros con infinidad de desmarques de ruptura. Por la derecha, por el centro, por la izquierda... Quería sacar todo lo que llevaba dentro. No tardó mucho en conectar con otros leones. Su primer remate llegó en torno al primer cuarto de hora. Iturraspe le puso un balón raso en el primer palo que el ariete pudo rozar con la puntera en un forzado remate que se perdió por poco.
Susaeta elevó la renta a la salida de un córner magistralmente botado por Iñigo Pérez. Y, acto seguido, Aduriz pudo hacer el tercero con otro preciso cabezazo que se estrelló en el larguero. Una jugada no exenta de polémica, puesto que tras el rechace Susaeta fue claramente empujado dentro del área ante la impasible mirada del colegiado. Este sí señalo la falta que supuso el tercero al filo del descanso. Obra de Iñigo Pérez.
Cántico y pitos
El paréntesis no frenó la inspiración de Aduriz. Nada más iniciarse la segunda mitad firmó el cuarto, segundo en su cuenta particular, con un acrobático remate a centro de Isma López. Fue en ese momento cuando una parte de la afición se acordó por primera vez de Llorente. Aunque, cabe subrayar, la mayoría se mostró en contra del citado cántico. Lo llegó a frenar con fuertes pitos. Y se arrancó al grito unánime de "¡Athletic, Athletic!".
Fuente: Mundo Deportivo
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