EL DONOSTIARRA MUESTRA MÚSCULO GOLEADOR EN SU PRIMER DUELO EUROPEO COMO JUGADOR DEL ATHLETIC.
Quizá Aritz Aduriz deseaba como nadie jugar el partido de ayer. Tenía razones de peso en clave personal. Se trataba de su primer encuentro como jugador del Athletic en competición europea. Un detalle, probablemente, menor para el resto de mortales, pero no para el donostiarra, un jugador que encarna a un futbolista atípico en el club rojiblanco, al que ha tenido que regresar en dos ocasiones. Aduriz disfrutó a lo grande de su bautizo continental, precisamente a las puertas de que se cumplan diez años de su debut como león (Amurrio-Athletic en Copa, 1-2, el 11 de septiembre de 2002).
Aduriz es un hombre Athletic. Ha vuelto porque así lo ha querido esta Junta Directiva, pese a que el entrenador no reclamó su fichaje, lo que no es muy habitual. Marcelo Bielsa, con todo, tiene que agradecer este regalo, que ha subido su valor una vez conocida la negativa de Fernando Llorente a renovar su contrato. Se sabe del rol que ha desempeñado Llorente en los últimos tiempos y su ausencia levanta malas sensaciones en parte del entorno Athletic, por lo que Aduriz asoma como el hombre destinado a hacer olvidar al de Rincón de Soto si finalmente se consuma la salida de este del club.
Bielsa le dio la alternativa a un futbolista que volvía a casa tras cuatro años de servicio repartido en el Mallorca y en el Valencia, donde sacaron tajada de sus cualidades. El rosarino apostó por Aduriz, al que no le pudo la presión. Ya no es un crío en esto del fútbol. Es más, tiene un recorrido extenso. Y, aparentemente, no le asusta un escenario hasta motivador, por ese reto de exigencia que supone convertirse en la gran referencia ofensiva del nuevo Athletic.
Para él, no ha empezado nada mal su tercera etapa como rojiblanco. Calentó motores durante poco más de veinte minutos, con un intento de remate y una buena dejada a Óscar de Marcos. Llegó su momento, en el 24, en pleno acoso de un Athletic al que solo le faltaba culminar una de las multitud de situaciones de peligro que creaba ante un frágil HJK Helsinki, un conjunto similar a un Segunda División B estatal. Aduriz visionó una asistencia de Andoni Iraola, con el que le une un bonito pasado. Ambos llegaron a Lezama en el verano de 1998 procedentes del Antiguoko, por lo que se entiende que el feeling entre ellos es monumental.
Vamos, que Iraola conoce también cómo se las trae el delantero donostiarra, que presume de su poderío en el juego aéreo. Aduriz marcó los tiempos en un salto genuino, propio de la alta escuela de un nueve clásico. Se levantó entre los dos centrales finlandeses y ejecutó un bello testarazo que dejó boquiabierto a Wallen, el meta del HJK Helsinki, que entonces inicio su descenso al infierno. Porque, entre otras cosas, Aduriz no se conformó con anotar su primer gol en su tercera vida en el Athletic. Volvió a vuelta de vestuarios, con un toque acrobático a pase de Ismael López, otro de los que han vuelto a casa dispuestos a comerse el mundo.
GOLEADA HISTÓRICA. Resulta que Aduriz se estrenó como león en la Europa League, una competición fetiche para Markel Susaeta, que, con el doblete de ayer puede presumir de ser, a estas alturas, el máximo goleador de los rojiblancos, con tres dianas. El de Eibar se siente a gusto en competición continental, donde ha anotado ochos dianas en 28 encuentros, lo que da una media muy interesante para un jugador del que se espera que renueve su contrato, que, al igual que el de Llorente, expira el próximo 30 de junio.
Aduriz y Susaeta propiciaron una goleada histórica, porque se trata del resultado más abultado que firma el Athletic en San Mamés en competición continental, tras el inolvidable 1-7 ante el Standard de Lieja en el curso 2004-05. La parroquia rojiblanca no está muy acostumbrada a saborear un set en blanco en La Catedral, que paradójicamente no se producía desde esa misma temporada de Lieja, con la sentencia en Copa ante el Lanzarote, con los tres primeros goles de Llorente como león. Caprichos del fútbol.
Fuente: Deia
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