Tras firmar una buena primera temporada en el Valencia, Aritz Aduriz ha pasado a un segundo plano en la presente campaña. Unai Emery ya no cuenta con él para acompañar a Roberto Soldado en la delantera en el once habitual, pero sí para desatascar los partidos en los que el equipo se encalla.
Las bajas de David Silva y especialmente la de David Villa en el verano de 2010 se tradujeron en un gran contratiempo para Unai Emery, que se quedaba de este modo sin uno de los más creativos centrocampistas de la primera división española y sin el máximo artillero de la historia de la selección española.
Aun así, la directiva ché decidió apostar por una nueva dupla ofensiva formada por Roberto Soldado y Aritz Aduriz, que en la temporada anterior a su incorporación anotaron 16 goles con el Getafe y 12 con el Mallorca, respectivamente. Unos registros que no se alejaban en exceso de los 22 tantos que consiguió el propio Villa antes de abandonar Mestalla.
Así pues, el conjunto de la capital del Turia iniciaba una nueva etapa sin dos de sus jugadores estrella pero con dos nuevos delanteros con mucho potencial. En un principio, fue el ariete vasco el que adquiriría un mayor protagonismo en las primeras jornadas del pasado curso 2010-11, aunque con el paso de las semanas también Soldado se convertiría en una pieza clave de la pizarra del técnico guipuzcoano.
Tanto fue así que culminaría una gran campaña con 25 dianas en su cuenta particular en todas las competiciones, mientras que Aduriz convertiría 14 en sus 28 apariciones. Aun así, pese a que las cifras del '9' fueron superiores, siempre se habló en plural del binomio conformado por ambos cañoneros y en ningún momento se ninguneó la figura del ex jugador del Mallorca.
Una situación que sí se ha dado esta temporada a causa de su suplencia. Y es que, desde el inicio de la presente campaña, Soldado se ha hecho con la titularidad absoluta en las líneas más adelantadas. Se ha convertido en el único sinónimo del peligro valencianista dado que Unai Emery decidió relegar a Aduriz al banquillo curiosamente después de que el equipo cayera eliminado de la pasada edición de la Champions League ante el Schalke 04 tras un partido en el que el vasco falló ante Neuer una clara ocasión de gol.
Su suplencia se alargó en el tiempo. Tanto que incluso está pagando hoy en día un mal partido que cuajó hace ya más de un año. Y es que de los 27 partidos que ha jugado hasta el momento tan solo ha sido alineado de inicio en 8 de ellos. Sin embargo, en los escasos minutos de los que ha dispuesto hasta el momento (737 en liga frente a los 1986 de Soldado) ya ha anotado cinco goles en la competición doméstica, que a efectos prácticos se traducen en seis puntos vitales para que el Valencia siga liderando la liga que no juegan Barcelona ni Real Madrid.
Ciertamente, se ha visto eclipsado por el gran nivel exhibido por Feghouli y por el potencial de Jonas, pero Aduriz sigue al pie del cañón. Tiene pocas oportunidades, es cierto, pero ha demostrado que a sus 31 primaveras ha transformado su condición de jugador número 12 en una virtud, puesto que ha registrado los mismos goles que el francés o que Tino Costa habiendo jugado la mitad de minutos que ellos. De este modo, Emery tiene en su figura al desatascador que necesita cuando los goles no llegan y al ariete veterano que acepta el rol que se le ha asignado.
Las bajas de David Silva y especialmente la de David Villa en el verano de 2010 se tradujeron en un gran contratiempo para Unai Emery, que se quedaba de este modo sin uno de los más creativos centrocampistas de la primera división española y sin el máximo artillero de la historia de la selección española.
Aun así, la directiva ché decidió apostar por una nueva dupla ofensiva formada por Roberto Soldado y Aritz Aduriz, que en la temporada anterior a su incorporación anotaron 16 goles con el Getafe y 12 con el Mallorca, respectivamente. Unos registros que no se alejaban en exceso de los 22 tantos que consiguió el propio Villa antes de abandonar Mestalla.
Así pues, el conjunto de la capital del Turia iniciaba una nueva etapa sin dos de sus jugadores estrella pero con dos nuevos delanteros con mucho potencial. En un principio, fue el ariete vasco el que adquiriría un mayor protagonismo en las primeras jornadas del pasado curso 2010-11, aunque con el paso de las semanas también Soldado se convertiría en una pieza clave de la pizarra del técnico guipuzcoano.
Tanto fue así que culminaría una gran campaña con 25 dianas en su cuenta particular en todas las competiciones, mientras que Aduriz convertiría 14 en sus 28 apariciones. Aun así, pese a que las cifras del '9' fueron superiores, siempre se habló en plural del binomio conformado por ambos cañoneros y en ningún momento se ninguneó la figura del ex jugador del Mallorca.
Una situación que sí se ha dado esta temporada a causa de su suplencia. Y es que, desde el inicio de la presente campaña, Soldado se ha hecho con la titularidad absoluta en las líneas más adelantadas. Se ha convertido en el único sinónimo del peligro valencianista dado que Unai Emery decidió relegar a Aduriz al banquillo curiosamente después de que el equipo cayera eliminado de la pasada edición de la Champions League ante el Schalke 04 tras un partido en el que el vasco falló ante Neuer una clara ocasión de gol.
Su suplencia se alargó en el tiempo. Tanto que incluso está pagando hoy en día un mal partido que cuajó hace ya más de un año. Y es que de los 27 partidos que ha jugado hasta el momento tan solo ha sido alineado de inicio en 8 de ellos. Sin embargo, en los escasos minutos de los que ha dispuesto hasta el momento (737 en liga frente a los 1986 de Soldado) ya ha anotado cinco goles en la competición doméstica, que a efectos prácticos se traducen en seis puntos vitales para que el Valencia siga liderando la liga que no juegan Barcelona ni Real Madrid.
Ciertamente, se ha visto eclipsado por el gran nivel exhibido por Feghouli y por el potencial de Jonas, pero Aduriz sigue al pie del cañón. Tiene pocas oportunidades, es cierto, pero ha demostrado que a sus 31 primaveras ha transformado su condición de jugador número 12 en una virtud, puesto que ha registrado los mismos goles que el francés o que Tino Costa habiendo jugado la mitad de minutos que ellos. De este modo, Emery tiene en su figura al desatascador que necesita cuando los goles no llegan y al ariete veterano que acepta el rol que se le ha asignado.
Fuente: Servifútbol
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